Una vez surge una controversia que no encuentra soluci�n dialogada o pac�fica, se recurre a las abogadas y abogados para que activen los mecanismos existentes en el Poder Judicial dirigidos hacia la resoluci�n de la controversia mediante una sentencia y la ejecuci�n o su cumplimiento. El proceso judicial, ya sea en los casos civiles o en los criminales, tiene tres etapas fundamentales: 1) los procedimientos previos al juicio; 2) el juicio propiamente o el momento en que se escucha a los testigos y se examina la prueba; y 3) los procedimientos posteriores al juicio que incluyen la sentencia y los tr�mites para su revocaci�n, modificaci�n o ejecuci�n.

En la etapa previa al juicio las leyes proveen para que las partes del conflicto puedan investigar a fondo los hechos que motivaron la controversia y puedan prepararse para que se ventilen durante el juicio. Durante el juicio las partes tienen la oportunidad de presentar los testigos y la prueba que estimen necesaria ante un magistrado que evaluar� la evidencia y determinar� qui�n tiene la raz�n en la controversia, aplicando los principios jur�dicos que disponga el ordenamiento para la situaci�n de hechos. En la tercera etapa, de revisi�n o ejecuci�n de la sentencia, la parte perjudicada por la sentencia o que no est� conforme puede pedir que sea revisada por un tribunal de superior jerarqu�a. En esta tercera etapa la parte que result� victoriosa o que obtuvo el beneficio de los pronunciamientos del Tribunal puede pedir que la sentencia, que ya sea final y firme, se ejecute. 

Ejecutar una sentencia significa que se van a utilizar los poderes estatales, generalmente el Poder Judicial a trav�s de sus alguaciles, para poner en vigor lo dispuesto por la sentencia. Es decir, si la sentencia ordena el pago de dinero, los alguaciles gestionar�n los tr�mites de embargo y venta en p�blica subasta de los bienes de la parte demandada o perdidosa en el pleito para que se pueda satisfacer la suma de dinero reclamada. Ejecutar una sentencia en el plano criminal significa que se tomar� a la persona condenada y se le recluir� en una instituci�n o se le coartar� su libertad en la forma que haya dispuesto el tribunal en la sentencia.

Frecuentemente, las personas que no han tenido experiencia con el proceso judicial se sienten amedrentadas por una serie de reglas y formalidades generalmente desconocidas para el p�blico. Estas formalidades han surgido de las tradiciones jur�dicas inglesas y norteamericanas y del debido respeto hacia el proceso de administrar justicia en un pa�s organizado.

El tr�mite ante los tribunales de Puerto Rico se conduce principalmente en forma escrita. Dichos documentos se conocen generalmente como demandas, contestaciones a demandas, mecanismos de descubrimiento de pruebas, las mociones y resoluciones o sentencias. La mayor�a de estos documentos tienen raz�n de ser en las etapas preliminares al juicio, aunque obviamente son utilizadas en todas las etapas, especialmente en las etapas posteriores a la sentencia. Dichos documentos tienen una forma y estilo particular que refleja las tradiciones jur�dicas a las cuales hemos hecho referencia. Por ejemplo, los documentos generalmente empiezan con una exposici�n de la comparecencia de manera que muestre el respeto que se tiene ante el Foro Judicial. Por esa raz�n, muchas veces la forma de preparar dicha exposici�n es la siguiente: 

Comparece la parte demandante (o demandada seg�n sea el caso) representada por el abogado (o abogada) que suscribe y muy respetuosamente expone, alega y solicita. 

De la misma forma, la mayor�a de los documentos finalizan con una s�plica en la cual se le pide al Foro Judicial el remedio particular que se necesita. Dicha s�plica se fundamenta en el concepto de que en los tribunales de Puerto Rico el Derecho o la aplicaci�n de la justicia debe suplicarse o rogarse para que sea concedida. Por esto, como regla general, los documentos legales terminan con lo siguiente: 

POR TODO LO CUAL, muy respetuosamente suplicamos de este Honorable Tribunal conceda... (el remedio).

La tradici�n y el respeto ante los tribunales se manifiestan tambi�n cuando se comparece personalmente. En primer lugar, debe notarse que existe una reglamentaci�n sobre la forma en que deben estar vestidas las personas que comparecen al tribunal. Estas personas deben vestirse en forma adecuada y sobria. Por esta raz�n, las normas proh�ben que las personas comparezcan en pantalones cortos o en ropas que muestren en forma excesiva las diferentes partes del cuerpo. La aplicaci�n de esta disposici�n por parte de los se�ores o se�oras alguaciles de los tribunales ha creado alguna controversia, pues a veces se ha impedido a alguna abogada o alg�n abogado entrar al tribunal. 

Esta formalidad ante el tribunal no termina con la mera entrada, sino que las personas que comparecen a la sala donde se est� celebrando la sesi�n del tribunal deben mantener silencio, estar sentadas correctamente, no fumar, no comer, beber o usar goma de mascar, ni leer el peri�dico o cualquier otro escrito. Estas circunstancias se interpretan como ausencia de respeto o atenci�n a los procedimientos judiciales y cualquier alguacil o el juez o la jueza, podr�a llamar la atenci�n de un ciudadano que est� realizando estos actos. 

Las normas de conducta dentro de las salas de sesiones del tribunal no deben tomarse de forma ligera, ya que el tribunal tiene el poder de determinar que una persona con su comportamiento est� desacatando o desobedeciendo una instrucci�n o regla y puede ordenar el pago de una multa y hasta su ingreso en la prisi�n. De igual forma, tampoco deben llevarse ni�os menores al tribunal que puedan irrumpir en llanto o en conversaci�n que interrumpa los trabajos. 

El respeto a los tribunales tambi�n se manifiesta en el tr�mite personal que realizan los abogados y abogadas. Por esa raz�n, al dirigirse por primera vez al tribunal deben presentarse, indicar la parte a la cual representan y solicitar permiso para dirigirse y discutir los asuntos pendientes. De la misma forma, una vez se concluyen los asuntos pendientes, la abogada o abogado debe suplicar permiso del tribunal para abandonar la sala. 

En ninguna forma estas reglas o disposiciones deben interpretarse como mecanismo de coerci�n hacia el p�blico, sino que son formalidades que se requieren ante la seriedad de los tr�mites que se dilucidan en los tribunales. Si usted comparece a un tribunal y tiene alguna duda o se siente un poco desorientado, aproveche el tiempo previo al momento en que el juez o jueza salga a la sala solicit�ndole al alguacil que le oriente o le indique los tr�mites que usted debe realizar para resolver su problema. Tambi�n puede consultar en la Secretar�a del Tribunal para resolver cualquier duda o asunto sobre el funcionamiento del tribunal.

Si tiene duda sobre estos asuntos no dude en comunicarse con las oficinas del Bufete Emmanuelli, C.S.P. al 787-848-0666. www.bufete-emmanuelli.com