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Lectura de hoy Viernes 11 de Enero, 2013 Santo Tom�s de Core, franciscano

Servicio Email de Lecturadeldia.com
"He aqu�, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar� a �l, y cenar� con �l, y �l conmigo"
(Ap 3,20)

Servicio de Email diario con las lecturas del d�a de acuerdo con el Ciclo Lit�rgico de la Iglesia Cat�lica.

Este servicio se ofrece solamente con autorizaci�n previa del receptor.

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Sobre las Lecturas de hoy...


Primera Lectura
Lectura de la primera carta del ap�stol san Juan (5, 5-13)

Queridos hijos:
�Qui�n es el que vence al mundo? S�lo el que cree que Jes�s es el Hijo de Dios. Jesucristo se manifest� por medio del agua y de la sangre; �l vino, no s�lo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Esp�ritu es el que da testimonio, porque el Esp�ritu es la verdad. As� pues, los testigos son tres:
el Esp�ritu, el agua y la sangre. Y los tres est�n de acuerdo.
Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios vale mucho m�s y ese testimonio es el que Dios ha dado de su Hijo.
El que cree en el Hijo de Dios tiene en s� ese testimonio. El que no le cree a Dios, hace de �l un mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo.
Y el testimonio es �ste:
que Dios nos ha dado la vida eterna y esa vida est� en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida.
A ustedes, los que creen en el nombre del Hijo de Dios, les he escrito estas cosas para que sepan que tienen la vida eterna.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Se�or.
Salmo Responsorial
Salmo 147

Demos gracias y alabemos al Se�or.

Glorifica al Se�or, Jerusal�n, a Dios r�ndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa.
Demos gracias y alabemos al Se�or.

El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. El env�a a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.
Demos gracias y alabemos al Se�or.

Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ning�n pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.
Demos gracias y alabemos al Se�or.
Curando enfermos
Evangelio
Lectura del santo Evangelio seg�n san Lucas (5, 12-16)
Gloria a ti, Se�or.

En aquel tiempo, estando Jes�s en un poblado, lleg� un leproso, y al ver a Jes�s, se postr� rostro en tierra, diciendo:
"Se�or, si quieres, puedes curarme".
Jes�s extendi� la mano y lo toc�, diciendo:
"Quiero. Queda limpio".
Y al momento desapareci� la lepra. Entonces Jes�s le orden� que no lo dijera a nadie y a�adi�:
"Ve, pres�ntate al sacerdote y ofrece por tu purificaci�n lo que Mois�s prescribi�.Eso les servir� de testimonio".
Y su fama se extend�a m�s y m�s. Las muchedumbres acud�an a o�rlo y a ser curados de sus enfermedades.
Pero Jes�s se retiraba a lugares solitarios para orar.

Palabra del Se�or.
Gloria a ti, Se�or Jes�s.
Cara de Jesus
Sobre las Lecturas de Hoy...
Los jud�os contempor�neos de Jes�s atribu�an al alma y al cuerpo una uni�n mucho m�s estrecha que la que le atribu�an los griegos. La enfermedad se consideraba como consecuencia de una enfermedad moral. Al curar el cuerpo del leproso, Jes�s toma conciencia de que su predicaci�n inaugura la victoria sobre el mal. En esta escena encontramos un resumen de la situaci�n que se da en el mundo cuando el Hijo de Dios viene a nosotros. Est�n, frente a frente, el poder y la misericordia de Dios por un lado, y nuestra terrible situaci�n pecadora por el otro. El leproso representa a la humanidad alejada de Dios en una situaci�n de impureza. El evangelista nos describe el encuentro y la actitud del Se�or ante este hombre afectado por la lepra. El hombre dice solamente: "Si quieres puedes limpiarme". Reconoce su situaci�n y al mismo tiempo confiesa la capacidad y el poder de Dios. Es el grito de la humanidad que reconoce su verdadera situaci�n y admite que est� dividida y que se ha alejado de Dios. Y, ante todas las tentaciones y dificultades, la oraci�n es un remedio eficaz.

El que cree en Jes�s, vence al mundo y tiene la vida eterna. La carta de Juan va a terminar con las mismas ideas con las que empez�. Jes�s ha venido a este mundo ampliamente apoyado por los testimonios de Dios. Y si aceptamos el testimonio humano, m�s fuerza tiene el testimonio de Dios. El que cree en el Hijo, cree a Dios y tiene el testimonio de Dios. El testimonio, para Juan, con su lenguaje simb�lico, es triple: el Esp�ritu, el agua y la sangre. Este Jes�s en quien creemos es el que fue bautizado por el Bautista en el agua del Jord�n, con el Esp�ritu sobre �l, y el que al final de su vida derram� su sangre en la cruz, y luego fue resucitado por ese mismo Esp�ritu. Agua y sangre que son certificadas siempre por el Esp�ritu, el maestro y el garante de toda fe verdadera. Por eso tenemos que creer el testimonio de Dios sobre Jes�s de Nazaret. Pero lo principal es lo que sucede a los que creen en el Enviado de Dios: vencen al mundo y tienen la vida eterna. ��Qui�n es el que vence al mundo sino el que cree que Jes�s es el Hijo de Dios?�. �Dios nos ha dado vida eterna y esta vida est� en su Hijo�. �Quien tiene al Hijo tiene la vida: quien no tiene al Hijo, no tiene la vida�.

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