Hace unas semanas celebramos la Resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y su Resurrección debe recordarnos que Dios tiene el poder para ayudarnos en todas las situaciones de nuestra vida.
 
En el Salmo 121:1, David escribió: "Al contemplar las montañas me pregunto: ¿De dónde vendrá mi ayuda?". Si Dios es el que tiene el poder para ayudarnos, tenemos que dirigir nuestra mirada hacia Él sin importar lo que podamos estar pasando en ese momento.
 
Quiero que sepas que: "Nunca es demasiado tarde para recibir ayuda." A veces nos sentimos abrumados por las dificultades de la vida y en esos momentos críticos, podemos pensar que es demasiado tarde para obtener la ayuda que necesitamos.
Hoy vamos a estudiar las actitudes y respuestas de 2 mujeres en Juan 11. Marta y María pudieron haberse rendido y haber dicho que era demasiado tarde para recibir ayuda; su hermano Lázaro había muerto. ¿No te sorprendes  de cómo podemos servir al Señor y todavía experimentar crisis en nuestra vida?
 
Las personas no saben cómo responder a las crisis porque las perciben como EL FINAL de todo. Somos rápidos para darnos por vencidos y renunciamos al momento en que las cosas van mal en nuestra vida. Debemos recordar que Jesús venció a la muerte en el día de su resurrección. Para Marta y María todo parecía haber terminado; su hermano Lázaro estaba muerto, pero Jesús llegó para recordarles que 
"Nunca es demasiado tarde para recibir ayuda".

Randy Morrison
www.randymorrison.org
La Biblia dice que Jesús amaba a Lázaro. Esto plantea una pregunta en muchos de nosotros: Si Dios nos ama, ¿por qué nos pasan cosas malas? "Si me amas, Dios, ¿por qué permitiste que esto pasara?" Cuando las cosas no salen como queremos, podemos adoptar actitudes negativas e incluso enojarnos con Dios porque sentimos que nos defraudó. Debemos recordar que vivimos en un mundo caído donde hay conflicto entre el bien y el mal. Tenemos que creer en las promesas de Dios sin importar cuán desalentadoras parezcan nuestras circunstancias.

Hay una cosa que como cristianos debemos instalar en nuestra mente: Dios es el experto en manejar todas las situaciones que enfrentamos. Él es el "
GRAN 
YO SOY" 
que puede restaurar el quebrantamiento de nuestras vidas.
  • Su amor es incondicional.
  • Su amor es sacrificial.
  • Su amor es redentor.
Dios vive fuera de nuestro horario y muchas veces puede ser un desafío para nuestra fe si no entendemos su funcionamiento. La demora de Jesús fue a propósito para probar la fe de Marta y María en su poder para hacer lo que parecía imposible en aquel momento.
 
Dios no sólo nos expone a la información, a veces la retiene de nosotros 
de manera intencional para ver si aún confiamos en Él.

La desesperación abre la puerta de la frustración cuando no hay una respuesta inmediata. Cuando Jesús llegó, Lázaro ya había muerto junto con la esperanza y la expectativa de Marta. Ella y María representan dos tipos de actitudes que surgen cuando parece que ya es demasiado tarde para recibir ayuda.
 
Cuando las cosas mueren en nuestra vida, a menudo nos adentramos 
en un estado doloroso de impotencia, desesperanza, falta de autoestima
 e incluso de inutilidad.

Marta reveló su actitud hacia Jesús cuando le dijo: "Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto." Ella lo estaba acusando de ser el responsable de su crisis. ¿Cuántas veces culpamos a Dios y a los demás cuando las cosas mueren en nuestra vida? Marta tomó una actitud sarcástica y resentida.
 
TENEMOS QUE ENTENDER...El propósito de Dios para nuestra vida, muchas veces puede llevarnos por caminos que nos hacen pensar que no son lo mejor para nosotros.
 
Marta no entendió el propósito de Dios, así que respondió a la muerte de su hermano cayendo en un estado de decepción emocional incontrolable. María respondió con una actitud de adoración que la llevó a controlar sus emociones de duelo y a confiar en que Jesús podría ayudarles, a pesar de la desesperanza en aquel momento.
 
RECUERDA: El arma más grande que planta el enemigo en nuestra mente es:
LA DECEPCIÓN.
 
La esperanza que Jesús le prometió a Marta no pareció ayudarla hasta que ella estuviera dispuesta a manejar sus emociones y creer en lo que Jesús le había dicho.

Las crisis tienen una manera de extraer lo que tenemos dentro de nuestro interior. Martha necesitaba un ajuste en su actitud para convertir su amargura en esperanza en Aquel que tuvo el poder de traer de vuelta al que estaba muerto.
 
Siempre podemos tener esperanzas cuando ponemos nuestra confianza
en lo que creemos que Dios puede hacer en nuestras vidas.
 
María vino a Jesús, cayó a sus pies y le adoró. María le dijo a Jesús lo mismo que Marta había dicho, pero con una actitud diferente. Ella adoró a Dios a través de su dolor. Nuestra actitud puede atraparnos en la tumba de nuestra vida, cuando estamos resentidos con Dios por no hacer las cosas de la manera que queríamos que se hicieran. La adoración hizo algo en el interior de María que la llevó a ver el sepulcro de Lázaro como un vientre para el renacimiento de su hermano.
 
La adoración puede hacernos experimentar el renacimiento de la esperanza. Cuando obedecemos las instrucciones del Señor, tendremos una ventaja sobre lo que nos parece desesperanzador como resultado de la intervención divina.
 
La adoración puede cambiar la atmósfera de nuestra dificultad para que podamos obtener la ayuda que necesitamos si no nos avergonzamos de hacer algo fuera de lo común.
 
Nuestra ayuda ya viene en camino. Sólo tenemos que comprometernos
en el proceso de ser agradecidos por tener a Jesús en nuestra vida.

 


    




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