Cuando escuchamos un mensaje, tenemos que examinarnos para saber si nos está hablando. En Lucas 22, Jesús revela que alguien lo iba a traicionar. Judas fue el eslabón débil que Satanás usó para tratar de llegar a Jesús. La traición es una de las herramientas que usa Satanás para destruir relaciones.
En los versos 31-32, Jesús le informa a Pedro que Satanás también tenía planes para él: "Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes".
De esto aprendemos que el Diablo está detrás de una cosa en nuestra vida y que esa cosa es NUESTRA FE. Si consigue nuestra fe, puede desestabilizar nuestra vida.
Hemos estado estudiando las Conexiones Divinas,y hoy vamos a aprender cómo "Hacer crecer nuestra fe."
La responsabilidad del crecimiento de nuestra fe,
depende de nuestra capacidad para participar en su desarrollo.
Dios nos ha dado una medida de fe y tiene la intención de que la incrementemos de poca, a una gran fe. Colosenses 2:6-7 nos dice que sigamos a Jesús de la misma forma que lo aceptamos. Lo recibimos por fe y tenemos que seguir caminando por la fe en Él. El versículo 7 nos dice que dejemos que nuestras raíces crezcan hacia Él. Cuanto más profundas son nuestras raíces, más fuerte será nuestra vida. Nuestra fe crecerá fuerte en la verdad que se nos enseñó y estaremos "dando siempre gracias a Dios". Cuando tenemos raíces profundas y cuando construimos nuestra vida en Él, nuestra fe crecerá fuerte.
Estar arraigados y cimentados en la Palabra de Dios,
es absolutamente necesario para mantener y hacer crecer nuestra fe.
Tenemos que entender la importancia del papel de la palabra de Dios en el desarrollo y crecimiento de nuestra fe. Hoy vamos a descubrir que la palabra de Dios es la semilla que produce una gran fe, si proporcionamos el ambiente adecuado para que esa palabra crezca en nuestras vidas.