La Navidad se trata del amor infinito, fe y convicci�n. Cuando creemos, cosas suceden. Dios sabe que es lo que necesitamos y cuando lo necesitamos. La llave para todas estas cosas es la profundidad de nuestro involucramiento y compromiso hacia el Se�or.
 
Todo nosotros nos encontramos en diferentes niveles de entendimiento de la Palabra de Dios. Sin embargo, siempre hay lugar para escalar m�s alto y profundizar en el entendimiento de los principios de la verdad y vida eterna. 
 
No podemos esperar hasta que las condiciones sean perfectas para buscar la vida que Dios nos ha destinado. Ponerse en acci�n para aprovechar las promesas de Dios requiere determinaci�n, autodisciplina y acci�n constante. La historia de la Navidad nos provee de un modelo del tipo de determinaci�n y liderazgo necesarios en la vida. De no haber sido por el compromiso fiel y desinteresado de Jos� y Mar�a, los pastores y los tres magos, hoy no habr�a Navidad que celebrar. La disposici�n a arriesgar su reputaci�n por el gran prop�sito de Dios, trajo luz y esperanza al mundo.  
 
Tomemos tiempo en esta temporada para definir si nuestra voluntad de servir a Dios es lo suficientemente fuerte para superar las consecuencias esperadas o inesperadas derivadas de eso. �Qu� estamos dispuestos a dejar para permitirnos caminar hacia Dios?

Randy Morrison
www.randymorrison.org
Nuestra voluntad de seguir el plan de Dios a pesar de las consecuencias conocidas o presiones de la opini�n publica, demuestra la fuerza de nuestro compromiso.

El compromiso de Mar�a en dar a luz a Jes�s fue tan fuerte, que ella rechaz� las consecuencias de la cr�tica y la condenaci�n. Cuando el �ngel le habl�, Mar�a tom� una decisi�n firme al actuar sin importar lo que Jos� dir�a o lo que los dem�s har�an. El impacto del compromiso de Mar�a cambio el curso de la vida para siempre. Necesitamos considerar si nuestro compromiso y dedicaci�n para servir al gran prop�sito de Dios, tiene la fuerza necesaria para vencer la influencia de las presiones externas y la opini�n publica.  

Recuerda: Servir a Dios requiere una incansable disposici�n a confianza en su direcci�n sin importar lo que opinen los dem�s. Cuando nos comprometemos con el Se�or, es necesario dejarle los detalles a �l. Servir a Dios significa seguir estrategias que pueden parecer il�gicas para nuestra mente humana.
 
Lee, reflexiona y act�a de acuerdo a: 
El confort de nuestro entorno, junto a nuestras responsabilidades y rutina diaria, nos da una sensaci�n de seguridad, pertenencia y estabilidad. Sin alguna garant�a de estabilidad futura, algunos de nosotros rechazar�amos una misi�n donde para lograr algo, hay que enfrentarse a consecuencias desconocidas. En la historia de la Navidad, los pastores estuvieron dispuestos a dejar su reba�o de ovejas a pesar de conocer las consecuencias de tener lobos acechando a lo lejos. Cuando miramos m�s all� del presente para visualizar las promesas de Dios, el miedo y la preocupaci�n por las consecuencias indeseables dejan de ser relevantes.
 
Recuerda: Nuestro compromiso hacia el gran prop�sito de Dios echa fuera el miedo a las consecuencias y la opini�n de los dem�s.
 
Lee, reflexiona y act�a de acuerdo a:

Cuando estamos dispuestos a sacrificar algo por el bien de otros, o por una causa, a pesar de las consecuencias que puedan afectar la calidad de nuestra vida, estamos caminando en la voluntad de Dios. Dios esta continuamente buscando personas dedicadas, enfocadas y dispuestas a ir m�s all� de si mismos por un prop�sito y una causa. Los tres magos demostraron su nivel de compromiso al ignorar las amenazas contra su vida y presiones por parte de Herodes. Su decisi�n no fue guiada por un inter�s propio sino por el gran prop�sito de Dios en la tierra. Dar nuestro todo a Dios es el primer paso para alcanzar la plenitud en la vida. 
 
Recuerda: Dios busca y desea la participaci�n de aquellos que entienden lo que se necesita para estar comprometidos con una causa.
 
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