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En medio de las luchas de la humanidad, hay una lucha que todos tenemos en común. Pablo describió esta lucha personal en Romanos 7:14-25. Es una lucha interna por la supremacía que ocurre cuando nos rendimos a los intereses en competencia de cualquiera de las fortalezas o debilidades de nuestra personalidad. Hay mucho en juego aquí.
Nuestros puntos fuertes son un activo que nos puede dar una ventaja cuando se trata de nuestras luchas en la vida. Por otro lado nuestras debilidades son una responsabilidad que nos puede poner en desventaja en nuestras luchas. Pablo llegó a la siguiente conclusión: sólo podemos vivir de acuerdo con nuestro potencial y volar con nuestras fortalezas mediante el desarrollo del hombre-interior, nuestro hombre-espiritual y del manejo de nuestras debilidades. Con estos dos intereses en conflicto que intentan influir en nuestra voluntad, tenemos que elegir cuál de los dos va a controlar nuestras vidas. De hecho, nuestro estilo de vida será establecido con base a cual de los dos, fortalezas o debilidades, le damos poder. Es por eso que nuestro enfoque es tan importante cuando se trata de cómo queremos que sea nuestra vida. En las herramientas para la vida diaria de esta semana, vamos a aprender a ganar la lucha. Veamos: "Pasivo o Activo: La Lucha por la Supremacía."
Randy Morrison
www.randymorrison.org
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1. LUCHAR ES HUMANO
Jesús demostró su humanidad cuando Él estaba enfrentando una lucha acerca de Su misión terrenal, en el Huerto de Getsemaní. (Mateo 26:36-46) Su espíritu estaba dispuesto, pero la debilidad de su carne estaba tratando de manipular la voluntad de Dios para su vida. La forma en que rompió el estancamiento entre su carne y su espíritu fue sometiéndose a la voluntad de Dios en medio de su lucha. Él hizo esto orando la oración de consagración y dedicación -
"No se haga mi voluntad, sino hágase tu voluntad", y Él recibió la fuerza para pasar por el proceso de la cruz.
RECUERDA: Nuestros puntos fuertes son un activo y nuestras debilidades son un pasivo. Tenemos acceso a la ayuda divina cuando permitimos que el Espíritu de Dios en nuestras luchas. Pablo proclamó su victoria en Filipenses 4:13 [BLPH]. "Puedo salir airoso de toda suerte de pruebas, porque Cristo me da las fuerzas".
2. ¿QUIÉN TIENE EL CONTROL
Muchas de nuestras luchas son simplemente dos fuerzas en pugnan por el dominio dentro de nosotros. Romanos 8:5-8 se refiere a estas fuerzas, que están contendiendo por el control tanto espiritual como carnal. La Influencia espiritual produce la paz de Dios para cada situación y la influencia carnal produce un consuelo temporal, pero no la plenitud de vida a largo plazo.
Así que la pregunta que debemos hacernos es: "¿Quién tiene el control de nuestras vidas?"
3. EL ESTILO DE VIDA REFLEJA HÁBITOS
Según Romanos 6:19, algo nos está diciendo qué hacer. Podemos pensar que estamos en control, pero en realidad, nuestro estilo de vida se ata alrededor de algún tipo de hábito. Muchas veces nos encontramos cediendo a nuestra carne y ésta nos manipula y nos lleva a un lugar lleno de hábitos autodestructivos. Cuando nuestros hábitos están unidos a nuestras debilidades, nuestros sueños están en peligro de convertirse en un pasivo.
En la formación de nuestros hábitos en la vida, debemos preguntarnos: "¿Este hábito va a ser un pasivo o un activo? ¿Éste hábito me hará llegar a donde quiero en la vida?" Como creyentes nacidos de nuevo, tenemos que permitir que el Espíritu Santo nos ayude a formar la clase de hábitos que serán un activo para nuestra vida.
RECUERDA: Las motivaciones detrás de la debilidad son: la lujuria, el miedo y la codicia.
4. LOS BENEFICIOS DE NUESTRAS FORTALEZAS
 - Nuestras fortalezas promueven nuestro potencial.
- Nuestras fortalezas nos mantienen en buenas relaciones con los demás
- Nuestras fortalezas nos dan el coraje de rechazar las cosas que no están en línea con la visión de nuestro futuro.
- Nuestras fortalezas nos dan la capacidad de tener éxito en áreas donde nuestras debilidades no lo harán.
- Nuestras fortalezas nos dan la capacidad de tomar las decisiones correctas entre las alternativas de la vida.
- Nuestras fortalezas son más beneficiosas para nuestro futuro que nuestras debilidades.
RECUERDA: Todos podemos estar en una lucha hoy, pero... ¡nuestra lucha no debe ser lo que defina quiénes somos en Jesucristo!
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