SUPERANDO UNA MENTALIDAD PROMEDIO
Hemos analizado 3 formas importantes para superar una mentalidad promedio. El primer enfoque debe comenzar con un ajuste de actitud. Nuestro estado de ánimo no debe contener una imagen llena de imposibilidades y negatividad.
El segundo enfoque tiene que ser un cambio en los hábitos. Nuestros hábitos pueden ser un pasivo o un activo cuando se trata de nuestro camino de la vida. Donde tú y yo estamos en nuestras vidas en este momento, fue determinado por nuestros hábitos. Hay muchas personas que quieren que sus vidas sean mejores, pero no se dan cuenta de que tienen que evaluar sus hábitos para ver si ellos son un activo o un pasivo para su futuro.
El tercer enfoque es que nunca nos comparemos con otros. Cada uno de nosotros es único en su tipo. Necesitamos celebrar nuestras diferencias en lugar de compararnos con otros. Compararnos nos priva de la inversión de Dios para convertirnos en la persona que Él nos creó para ser.
El cuarto enfoque para superar una mentalidad promedio es:
CONFIAR EN LA VALORACIÓN QUE DIOS TIENE DE NOSOTROS.
Nuestro deseo más profundo como seres humanos es encontrar nuestro sentido de valor y significado. Tenemos la tendencia a permitir que la mentalidad promedio de otras personas evalúe lo que somos. Cuando no conocemos nuestro verdadero valor, la vida se convierte en una procesión de actividades con poca o ninguna importancia.
La verdadera realidad sobre nuestro valor sólo puede ser medida por nuestro Creador que está calificado para evaluar nuestro valor y nos dice quiénes somos. No hay ser humano que sea lo suficientemente calificado para evaluar. Dios conoce los planes que Él hizo para nosotros. Cuando pensamos en la renovación de nuestras mentes y el valor de nosotros mismos, tenemos que leer e interiorizar esta escritura:
"Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mi nombre a todas las naciones del mundo." Jeremías 1:5 (TLA)
El quinto enfoque para superar una mentalidad promedio es:

DESCUBRIENDO NUESTRO POTENCIAL NO EXPLOTADO.
Muchos de nosotros simplemente rayamos la superficie de lo que podemos y debemos ser en la vida. Hasta que desbloqueemos nuestro potencial, realmente estamos innecesariamente en desventaja. Nuestro potencial está enraizado en cómo funcionamos. Todo lo que naturalmente poseemos es nuestro potencial, es lo que deberíamos usar para cumplir con nuestro propósito de vida.
Una de las tragedias más grandes es estar vivo pero no experimentan la vida con la plenitud de nuestras habilidades dadas por Dios.
La vida es más que existir; es estar haciendo una diferencia en las vidas de otros. La vida es tener significado y propósito. El propósito de Dios para nuestras vidas es lo que da sentido a nuestro potencial y la existencia.
Una vida sin propósito no tiene un verdadero significado y conduce a una existencia de frustración a pesar de que uno pueda alcanzar el éxito de acuerdo con el estándar mundial. Por ejemplo, Moisés era una persona así. A pesar de que fue criado en la casa de Faraón, rey de Egipto, con toda la riqueza de Egipto a su disposición, Moisés se sentía insatisfecho con su vida. No fue hasta que descubrió su verdadera identidad que él también descubrió su propósito como un libertador del pueblo hebreo.
"Años después, cuando Moisés ya era adulto, fue al lugar donde los hombres de su pueblo trabajaban como esclavos. De pronto vio que un egipcio maltrataba a un israelita;miró a todos lados, y como no vio a nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena". Éxodo 2:11-12 (NVI)
Nuestra satisfacción en la vida proviene de ser lo que hemos nacido para ser y hacer lo que hemos nacido para hacer. Cualquier otra cosa nos aprisiona a una mentalidad promedio.