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 En Mateo 24, Jesús hizo predicciones acerca de los últimos días. Dijo que las pestes (virus) serían liberadas en el planeta. También dijo que muchos se ofenderian y guardarían rencor. Vamos a descubrir hoy si hemos contraído "El Virus de sentirse ofendido". Sentirse ofenderian es un virus que nos impide construir relaciones sanas con los demás. De hecho, sentirse ofenderian es una impureza que destruye todas las relaciones humanas. ¿Existe un antídoto para este virus? Sí. Podemos protegernos a nosotros mismos con el antídoto de la palabra de Dios. Nuestra respuesta a la ofensa determina quién tiene el poder sobre nuestras vidas. Cuando cedemos a la ira, nosotros no tenemos ningún poder. De hecho, cuando estamos atrapados en las garras de la falta de perdón, nos volvemos resentidos y empezaremos a percibir todo, desde el punto de vista equivocado. Así que vamos a recibir una inyección de la Palabra de Dios hoy para que no seamos afligidos con el virus de sentirse ofendido, pues esto último trae división y la separación.
Tu amigo,
Randy Morrison
www.randymorrison.org
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1. LAS PAREDES CONSTRUIDAS POR LA OFENSA
Cuando hay ofensa, la comunicación cesa. No queremos hablar de ello. Entonces nos callamos con el que nos sentimos ofendidos y construimos muros con la intención de protegernos a nosotros mismos. Lamentablemente, estas paredes se convierten en muros que nos aprisionan. Ya que todos estamos tratando con diferentes problemas en nuestras vidas, tenemos que tomar el tiempo para encontrar la claridad de entendimiento cuando las personas están involucradas, para evitar el virus de la ofensa. Sentirse afectado por el virus de la ofensa puede manifestar ira, una emoción que nunca es constructiva en la edificación de relaciones. Nada bueno sale de la ira. Proverbios 18:19 (Versión PDT) dice: "Restaurar la amistad de un amigo ofendido es más difícil que conquistar una ciudad amurallada.bLos pleitos alejan las amistades como si fueran las rejas de las puertas de un palacio".
SEÑALES DE HABER SIDO OFENDIDO: Hay seis signos o manifestaciones que confirman que estamos siendo afectados por el virus de la ofensa.

1. La ira
2. Los celos 3. El resentimiento 4. Contienda 5. Amargura 6. División
Estos pueden extenderse a lo largo de nuestras vidas y llegar a ser muy destructivos para los demás. Efesios 4:26-27 revela quién tiene poder sobre nosotros cuando nos sentimos ofendidos: "Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día. No le den oportunidad al diablo". La ira es la clave que trae a Satanás en nuestras vidas. La única forma en que podemos ser libres de la ofensa y la ira es a través de lidiar con nosotros mismos.
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2. PODEMOS CONQUISTAR LA OFENSA
Génesis 4 es la historia de dos hermanos, Caín y Abel. Abel ofreció a Dios un más excelente sacrificio que Caín. Dios aceptó la ofrenda de Abel, porque era su primicia y lo mejor que tenía. Dios rechazó la ofrenda de Caín porque no implicaba ningún sacrificio. Caín estaba enojado y celoso. Él contrajo el virus de la ofensa y vivió para vengarse de su hermano. Caín permitió que el veneno de la ofensa consiguiera trabajar a través de sus emociones. Dios confrontó a Caín y le dijo que tenía que lidiar con eso. Sentirse ofendido no destruirá a la persona con la que nos sentimos ofendidos, destruirá a la persona que se ofende. Lo que no superamos en nuestras vidas eventualmente nos superará. A pesar de que el síntoma del virus de la ofensa apareció en los pensamientos y la actitud de Caín, Dios se mantuvo positivo con Caín y le dijo que él podía conquistar el pecado de la ofensa.

TOMANDO EL SENTIDO CONTRARIO EN LA OFENSA: Caín podría haber cambiado y derrotado al virus de la ofensa con el recurso de la palabra de Dios. En cambio, él decidió quedarse atascado en la ofensa y mató a su hermano a causa de su ira y los celos. Caín tuvo una perspectiva errónea, que abrió la puerta a la decepción, lo que lleva a la ofensa. No es lo que nos pasa lo que realmente importa. Es la forma en que respondemos a las cosas que nos suceden. Caín se abatió y permitió que la ofensa dominara sus pensamientos y emociones, lo que le hizo tomar la decisión equivocada.
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3. RAZONES POR LAS PERSONAS SE OFENDEN
La gente puede llegar a ser ofendida cuando sus expectativas no se cumplen. Muchas personas viven con falsas expectativas. Una falsa expectativa se produce cuando nuestra presunción o creencia en algo se basa en nuestra percepción más que en la verdad. Creemos que las cosas deben ser de cierta manera. Todos vivimos en base a nuestras expectativas y esas expectativas puede ser injustificadas o inexactas. Es importante saber que nuestra hipótesis nos puede meter en problemas porque los supuestos pueden ser la forma más baja de la información, es decir, no son fuentes tan seguras.
LA HISTORIA DE NAAMÁN: 2 Reyes 5:6-14 revela a un hombre que se sintió ofendido basado en la presunción y expectativas no cumplidas. Naamán era un hombre prominente en su nación, pero tenía lepra. Todo ser humano tiene problemas. Naamán fue a un hombre de Dios con ALTAS EXPECTATIVAS de cómo debería ser sanado. Él esperaba una visita personal de Eliseo basada en su condición personal. Él se ofendió y enfureció cuando Eliseo le envió un mensajero con instrucciones para él. Él dio el acceso al virus del la ofensa con un concepto de la vida que no se basa en la humildad. Su falsa expectativa casi le impidió ser sanado. La actitud ofendida de Naamán le llevó a juzgar lo que Eliseo le indicó que hiciera, por sus suposiciones de lo que él pensaba que era lo correcto para que él hiciera. Debemos tener cuidado con lo que pensamos. VIVIR LA VIDA BASADA EN NUESTRA PRESUNCIÓN nos llevará por el camino de sentirnos ofendidos. Debemos obtener el plan de Dios para nuestras vidas, y poner nuestra expectativa directamente sobre él.
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