Cada uno de nosotros somos líderes en algún área; ya sea en nuestra casa, familia, trabajo, diario vivir, en nuestra salud o en nuestra persona. Las decisiones que tomamos cada día influencian nuestro trabajo, relaciones y la forma en la que vivimos.

 

La información que recibimos de la Palabra de Dios, nos da la facultad de tomar buenas decisiones. No podemos tomar la responsabilidad de decidir a la ligera. Malas decisiones que se basan en situaciones temporales y falta de información, nos cuestan demasiado en el futuro.

 

Necesitamos decirle al Espíritu Santo que sea la voz de nuestra conciencia mientras tomamos decisiones. Esto nos dará la misma forma de pensar de Moisés. Sin importar cuáles sean las presiones para actuar, estaremos equipados para permanecer de pie en cuanto a nuestras convicciones y valores. Estaremos tomando las decisiones correctas que nos ayuden a avanzar en la vida.


Tu amigo,

Randy Morrison    
www.randymorrison.org  
1. La responsabilidad de decidir

Debemos reunir y administrar la información de forma sabia. Esto requiere sabiduría para decidir, qué está mal y qué está bien, basado en hechos o relevancia. La información está en todas partes, está disponible para nosotros a través de múltiples recursos. Al estar parados sobre valores alineados con la posición que Dios nos dio en la tierra, seremos "administradores de información" efectivos y productivos. El poder de nuestras decisiones estará fortalecido por la calidad de la información que administramos.

Piensa en las decisiones que tomó Moisés para seguir el plan de Dios. Sus valores le ayudaron a manejar la información para tomar decisiones de calidad. Conforme desarrollas tus responsabilidades diarias, reafirma los valores que te rigen para seleccionar la información de calidad y tomar decisiones efectivas.


Recuerda: La toma de decisiones requiere nuestra capacidad de escoger entre varias opciones o posibilidades. La información de calidad que manejamos determina la efectividad de nuestras decisiones.
2. Soluciones que impactan el futuro

Hebreos 11:27 nos recuerda que una revelación de Dios hace visible lo invisible y hace posible lo imposible. Nuestra fe en Dios nos da la capacidad de saber y entender que todas las situaciones, problemas y oportunidades pueden cambiar. Cuando nos establecemos firmemente en los principios del Reino, nuestras decisiones serán dirigidas por soluciones a largo plazo en lugar de conveniencias a corto plazo de situaciones actuales. Vamos a tener la confianza y la seguridad de ver más allá de las circunstancias para poder ver las soluciones eternas que impacten el futuro.

Considera dos o tres decisiones que debes tomar en las siguientes semanas. Haz un registro de cuales son los valores específicos que te guiarán en tu toma de decisiones. Incluye soluciones a largo plazo que tendrás en mente para finalizar tus decisiones. Evalúa la calidad de tus decisiones después. ¿Actuaste de acuerdo a solución o a las circunstancias?

 
Recuerda: Las decisiones de calidad requieren respuestas basadas en soluciones de acuerdo a nuestro trabajo que Dios nos dio en la vida. La persistencia, combinada con la visión clara es un escudo para las distracciones causadas por diferentes dilemas.
3. Impulsados por una visión

Todos necesitamos una visión de nuestra vida, hacia dónde vamos. Cuando nuestra visión se fundamenta en el mandamiento que Dios nos dio, nuestro propósito será claro y nuestros valores traerán límites para nuestra toma de decisiones. Estos límites nos protegen de distracciones que están ahí para desviarnos del camino hacia nuestro propósito. La visión, combinada con la resistencia nos mantiene en dónde Dios nos colocó. Ninguna forma de distracción tendrá el poder para sabotear nuestra vida si estamos equipados con la visión y resistencia que se basan en la Palabra de Dios.

 

Lee Genesis 26:1-5. Piensa en las instrucciones que se le dieron a Isaac. Considera lo que hubiera pasado si Isaac se hubiera movido de su trabajo. ¿En dónde fuiste situado? Dale evidencia a Dios de que no te has movido de tu puesto. Si esto no es posible, toma el compromiso con Él de tomar acción y reposicionarte hacia donde fuiste colocado.

 

Recuerda: Al no estar en nuestro lugar designado, las puertas de la oportunidad no se abrirán. La advertencia debe ser tomada en cuenta cuidadosamente para asegurar que nuestra toma de decisiones pueda crear una escalera hacia el propósito que Dios nos ha dado.
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