Por el segundo año, en el primer domingo de octubre, los Amigos salvadoreños tuvieron un programa para celebrar el Día Mundial de los Cuáqueros y pensar en la familia mundial de los Amigos. Esta fue una oportunidad de celebrar un año más del Cuaquerismo; desde 1647 hasta el 2015, celebrando hoy nuestros 368 años de Proclamación.

La Junta Anual de El Salvador es una Junta Programada de la Línea Evangélica. Su programa empezó con un Desayuno Misionero en donde se les animó a contribuir con una ofrenda simbólica para los proyectos misioneros en Nicaragua y Camboya. Después, el pastor Maudiel Arévalo compartió un poco de la historia de cómo nació el Cuaquerismo en Inglaterra a través de Jorge Fox, y como su pasión de proclamar las buenas nuevas de Jesucristo fue su pasión y estilo de vida. 

Aquí están unas citas directas del artículo: "Aprovechamos este tiempo para orar por las Iglesias Amigos "Cuáqueras" alrededor del mundo. Entre una serie de cánticos, tiempos de oración, y lecturas históricas de los Amigos, festejamos este tiempo, que nos invitaba a vivir la TRANSFORMACION. Juntos experimentamos la presencia de Dios entre nosotros, como dijeran los niños, "un nítido rayo por Cristo," o en el lenguaje de un Cuáquero primitivo, "La Luz Interior"--- esa luz que llegó a nuestra vida, que está entre nosotros y nos mueve apasionadamente a seguir proclamando el mismo mensaje que movió a Jorge Fox en la colina de Pendle Hill."

El pasaje bíblico que fue el tema del día fue San Juan 1:9-13:

Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo. El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció. Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dió el derecho de ser hijos de Dios. Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.

  "Vivir la TRANSFORMACION indica vivirla en todas las áreas de nuestra vida, pero necesitamos creer y recibirle a Jesús como nuestro Señor y Salvador, para ser llamados sus hijos, hijos de transformación. Una transformación que nace en el interior y se revela en nuestro exterior, en cada acto, en cada conducta, en cada detalle, en cada palabra--- una transformación que se revela hasta en nuestros hábitos higiénicos, alimenticios, y el cuidado de nuestro medio ambiente.

 "El llamado en nuestro "Quaker Day" fue a vivir esa transformación desde nuestro interior."