En las primeras horas del primer día de clases del año escolar, los maestros están muy emocionados y contentos de regresar a su labor, no sin un poco de preocupación sobre los niños con que tiene que tener un poco mas de paciencia que a medida que pasan las horas del primer día ese poco se convierte en mucha paciencia y una hora o dos antes del término del día ya no saben qué hacer con "estos niños" dotados de una energía interminable y una habilidad de descomponer hasta el más paciente de los profesores con todo y grupo; pero que tal si en vez de uno son dos o tres de estos angelitos, inevitablemente se convierte el salón de clases en un campo de batalla donde los que llevan el control son....."Esos niños" que de inmediato son reportados a la dirección y que se les manda a hacerles un estudio del cual salen con algunas de estas clasificaciones ADD, ADHD, ODD, etc. etc. etc. Si no es que con más de una de ellas y con unas recetas para administrarles un medicamento para poder "controlarlos" y todos puedan aprovechar el tiempo en la escuela.
     Esto no es un cuento.  Esta es la experiencia que me tocó vivir con mi hijo, desde que empezó a ir a la escuela; nunca faltaban las llamadas de la escuela,  a veces regresaba con mi hijo a casa porque no lo podían controlar,  hasta que finalmente lo lleve donde le recetaron esos "calmantes" y el día que no los tomaba seguro eran problemas en la escuela.
  Hace cuatro años que tuve la oportunidad de conocer Corazón Alimentado (NHA por sus iníciales en ingles) un método con el que aprendí paso a paso como convertirme en un terapeuta (agente de cambio) para mi hijo y mi familia entera.
 Este método se compone de  dos teorías y tres posiciones reforzadas con un sistema de puntos que forman una estructura para transformar y redirigir esa energía que los niños intensos no saben que hacer con ella.
   Por experiencia sé que en la formación como profesor no tenemos la oportunidad de experimentar los suficiente con este tipo de problemas y le damos poca importancia y es cuando ya tenemos un grupo asignado  cuando quisiéramos regresar el tiempo y preguntar a nuestros maestros más sobre esta pesadilla, porque la mitad del tiempo que tenemos para enseñar, la dedicamos en controlar la conducta de los alumnos y si a esto le sumamos que los padres no enseñan interés  en la educación de sus hijos nos sentimos solos con nuestro dilema.
   Les invito a conocer el método de Corazón Alimentado, y transformarse en verdaderos terapeutas para las generaciones de nuestro futuro.  Para más información puede ir a corazonalimentado.com
 
Agustín Guzmán , NHA specialist