Herramientas para la vida diaria |
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La ley de la
siembra y la cosecha - Parte 4
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| Reconociendo Su Presencia En Tu Vida 9 al 16 de
mayo Reconociendo Su Presencia En Tu Vida 23 de
mayo al 27 de junio DOMINGOS: FOX
8:00 am TVC 8:30 am
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| Reconociendo Su Presencia En Tu Vida
Episodio
1
El
Prop�sito de la Oraci�nEpisodios
1 al 15 Visitanos
en: www.randymorrison.org
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G�nesis 1:29
Y dijo Dios: He aqu� que os he dado toda planta que da semilla, que est�
sobre toda la tierra, y todo �rbol en que hay fruto y que da semilla;
os ser�n para comer.
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2 Reyes 4
Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clam� a Eliseo,
diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y t� sabes que tu siervo era
temeroso de Jehov�; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos m�os
por siervos.
Y Eliseo le dijo: �Qu� te har� yo? Decl�rame qu� tienes en casa. Y ella
dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.
El le
dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas
vac�as, no pocas. Entra luego, y enci�rrate t� y tus hijos; y
echa en todas las vasijas, y cuando una est� llena, ponla aparte.
Y se fue la mujer, y
cerr� la puerta encerr�ndose ella y sus hijos; y ellos le tra�an las
vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a
un hijo suyo: Tr�eme a�n otras vasijas. Y �l dijo: No hay m�s vasijas.
Entonces ces� el aceite. Vino ella luego, y lo cont� al var�n de
Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y t� y
tus hijos vivid de lo que quede.
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2 Corintios 9:10-11
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveer� y multiplicar�
vuestra sementera, y aumentar� los frutos de vuestra justicia, para que est�is
enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de
nosotros acci�n de gracias a Dios.
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Proverbios 11:24-25
Hay quienes reparten, y les es a�adido m�s; Y hay quienes
retienen m�s de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa ser�
prosperada; Y el que saciare, �l tambi�n ser� saciado.
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Juan 6:1-14
Despu�s de esto, Jes�s fue al otro lado del mar de Galilea, el de
Tiberias. Y
le segu�a gran multitud, porque ve�an las se�ales que hac�a en los
enfermos.
Entonces subi� Jes�s a un monte, y se sent� all� con sus disc�pulos. Y estaba cerca la
pascua, la fiesta de los jud�os. Cuando alz� Jes�s los ojos, y vio que
hab�a venido a �l gran multitud, dijo a Felipe: �De d�nde compraremos
pan para que coman �stos?
Pero esto dec�a para probarle; porque �l
sab�a lo que hab�a de hacer. Felipe le respondi�: Doscientos denarios
de pan no bastar�an para que cada uno de ellos tomase un poco. Uno de sus
disc�pulos, Andr�s, hermano de Sim�n Pedro, le dijo: Aqu� est� un muchacho,
que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas �qu� es esto para
tantos?
Entonces Jes�s dijo: Haced recostar la gente. Y hab�a mucha hierba en
aquel lugar; y se recostaron como en n�mero de cinco mil varones. Y tom� Jes�s
aquellos panes, y habiendo dado gracias, los reparti� entre los
disc�pulos, y los disc�pulos entre los que estaban recostados; asimismo
de los peces, cuanto quer�an.
Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus
disc�pulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda
nada. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco
panes de cebada sobraron a los que hab�an comido.
Aquellos hombres
entonces, viendo la se�al que Jes�s hab�a hecho, dijeron: Este
verdaderamente es el profeta que hab�a de venir al mundo.
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�Saludos queridos
amigos!
Al continuar nuestra discusi�n acerca de la ley de la siembra y la cosecha, es muy importante entender el significado de esta en nuestra vida mientras estemos en el planeta tierra. Los principios de esta ley son aplicables a todos, nadie est� exento. Cuando aplicamos la ley de la siembra y la cosecha de manera constante, el mundo que nos rodea se expandir�. Si tomamos los pasos necesarios para hacer lo correcto, experimentaremos acceso abierto a la vida que Dios destino para nosotros. Podemos tener riqueza terrenal y seguir siendo pobres si es que no entendemos la ley de la siembra y la cosecha. Debemos considerar importantes nuestras contribuciones c�mo piezas de construcci�n para el futuro. Devido a esto, debemos escoger con mucho cuidado cu�les semillas sembraremos para tener una cosecha fruct�fera y productiva. Mi oraci�n es que la presencia poderosa de Dios est� con cada uno de ustedes para que tengan acceso abierto a esta clase de vida. Cuando esto suceda, la ley de la siembra y la cosecha ser� una parte autom�tica de la toma de decisiones diaria, nuestra forma de pensar y actuar. Tu amigo,
Randy O. Morrison
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1. Funciona "aqu� y ahora"
Cunado las cosas no suceden en nuestra vida, normalmente se debe a que no hemos plantado las semillas correctas. La ley de la siembra y la cosecha funciona "aqu� y ahora" en el planeta tierra. Nuestra disponibilidad para entender y aplicar los principios de esta ley nos brinda "acceso total" o "acceso denegado" a la vida de acuerdo al prop�sito que Dios pre defini� antes de que nacieramos. Lo que Dios nos dio garantiza nuestro �xito. Solamente que esto requiere de dos cosas, activar nuestro derecho de dominio para mantener el orden y tomar responsabilidad de la ley de la siembra y la cosecha. Cuando las cosas no suceden en la vida, a menudo es porque no hemos plantado las semillas correctas. La ley de la siembra y la cosecha est� funcionando "aqu� y ahora" en el planeta tierra. Nuestra disponibilidad para entender y aplicar los principios de esta ley nos brinda "acceso libre" Lee G�nesis 1:29. Piensa qu� es lo que Dios dice acerca de las semillas que florecen y dan fruto. Considera c�mo es que esto se manifiesta en tu vida el d�a de hoy. Reflexiona profundamente si es que hay semillas dentro de ti que nunca antes hab�an sido compartidas. Habla con Dios acerca de c�mo es que puedes empezar a sembrar semillas en el futuro. Escribe en el margen de tu Biblia en G�nesis 1:29 cu�l ser� la fecha en la que empezar�s a sembrar semillas que produzcan una cosecha fruct�fera. Recuerda, nunca habr� un d�a en tu vida en el que no tengas nada. Nuestra semilla controla nuestra cosecha en el futuro. Algo existe en tu vida lo cu�l tiene la habilidad de darte lo que todav�a no posees.
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2. Busca adentro y sacalo
Dios pag� por anticipado el precio de nuestra vida con el sacrificio de Su hijo, tambi�n nos pre program� con una semilla. Nuestra responsabilidad de buscar en nuestro interior y sacar esa semilla fruct�fera la cu�l debemos plantar. Para responder a una vida de prop�sito, nuestra b�squeda de respuestas debe estar enfocada hacia los recursos internos en lugar de estarlo a las fuerzas externas. Todo lo que necesitamos est� dentro de nosotros, y debemos estar dispuestos a buscar en nuestro interior y sacar de ah� lo que se necesita en cada situaci�n. Debemos forzarnos a sembrar buenas semillas en la vida. Podemos aprender una gran lecci�n al leer la historia de la mujer cuyo marido hab�a muerto y la dej� en bancarrota. Esta historia se encuentra en 2� Reyes 4. L�ela y reflexiona en ella. Piensa en c�mo es que sus necesidades pudieron m�s que su habilidad de darse cuenta que las semillas necesarias ya estaban en su interior. Haz una nota mental de cuanto tiempo pasas pensando en tus necesidades. Al mismo tiempo, piensa en cuanto tiempo pasas meditando en las semillas dentro de ti que no han sido activadas todav�a en tu vida. Haz un compromiso con Dios de pasar la mayor�a del tiempo sacando semillas inactivas y productivas de tu interior en lugar de pasar horas preocupado por cada necesidad. Recuerda, Muchos de nosotros no vamos a heredar riquezas, las vamos a tener que generar. Nunca sabremos la extensi�n de nuestra riqueza hasta no sacar lo que hay en nuestro interior. Nuestro poder econ�mico est� ligado al c�mo y cu�ndo sembramos nuestra semilla que Dios nos dio. |
3. M�s que suficiente
Al desarrollar las semillas que Dios nos dio, tendr�mos m�s que suficiente para vivir la vida de acuerdo al prop�sito de Dios. Debemos estar dispuestos a "vivir" las semillas que Dios nos dio desde ahora hasta la eternidad. Estas semillas determinan nuestro estilo de vida. La responsabilidad de Dios es proveer las semillas que ya llevamos dentro, nuestra responsabilidad es multiplicar esto y, de esta forma, crear algo para el futuro. Esto requiere, por supuesto que tengamos una vis�n para el futuro, no s�lo para hoy. El ap�stol Pablo nos recuerda esto en 2� Corintios 9:10-11 al indicarnos que nuestra semilla no esta dise�ada para las necesidades del presente sino para el futuro. Hemos sido bendecidos por Dios con semillas suficientes para sembrarlas y obtener una valiosa cosecha en la vida. Todo lo que tenemos que hacer es disciplinar nuestra mente y entender en nuestro coraz�n los principios detr�s de la ley de la siembra y la cosecha. Al reflexionar lo que el Ap�stol Pablo dice en 2� Corintios 9:10-11, escribe en tu diario c�mo es que piensas que puedes hacer la diferencia en la vida de los dem�s al sembrar las semillas que Dios te dio. Toma notas de las cosas que har�s de manera diferente en el siguiente mes para demostrar tu compromiso a actuar de acuerdo con todo esto. Reportale a Dios cada cosa que suceda durante este tiempo. Recuerda, nos convertiremos en personas generosas al entender que el dar es la llave que abre las puertas de los recursos en la tierra para nuestra vida. |
4. Hacer de un mundo peque�o, uno grande.
Proverbios 11:24-25 nos ense�a que el mundo del
generoso cada vez se hace m�s grande y m�s grande, el mundo del taca�o se
convierte cada vez m�s peque�o. Como creyentes, tenemos el poder de hacer, de
un mundo peque�o, uno grande. Podemos hacer esto al sembrar nuestra semilla que
Dios nos dio en los dem�s. Esta semilla es "lo que tenemos en nuestra mano" es
nuestra conexi�n con el deseo de nuestra vida y coraz�n. Mientras m�s demos a
trav�s de sembrar estas semillas, m�s nos dar� Dios. Nuestra disponibilidad
para soltar esta semilla es la medida para expandir la bondad de Dios en la
tierra. El mundo de la generosidad es grande, el mundo del envidioso es
peque�o. Dios nos dio a todos un deseo, la semilla que tenemos es nuestra
conexi�n a este deseo.
Lee Juan 6:1-14. Esto nos revela que nuestro �xito
en la vida depende de lo que hacemos que lo que tenemos dentro. Comparte con
Dios tu plan de expansi�n mundial y c�mo es que est�s sembrando semillas para
enmarcar este plan. Lo que tenemos en nuestra mano tiene una conexi�n con lo
que vamos a cumplir en la vida.
Recuerda, La mejor arma que tenemos en
contra de la pobreza y la necesidad est� dentro de nosotros. Lo que desatamos,
Dios desata. La gente que bendice a los dem�s son extremadamente bendecidos
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| Se ha dicho que la �nica cosa constante
en la vida es el cambio. El
cambio requiere un ajuste de nuestra parte. Y el ajustarnos al cambio requiere coraje.
El coraje es la cualidad que nos
fortalece para perseverar en el camino hacia una visi�n sin ceder ante
el miedo.
El
coraje nos da la fortaleza para convertir los problemas en
soluciones significantes.
El coraje nos permite ver
todas las grandes posibilidades del cambio y de lo desconocido.
Este mensaje por Randy Morrison lo
inspirar� y lo ayudar� a aprender a manejar de manera exitosa los
cambios que se presentan en su vida. Consiguelo
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