
Los seres humanos somos fisiológicamente alambrados para ver lo que queremos ver, y preferimos noticias positivas en lugar de cosas malas. Estas inclinaciones nos han llevado a todos a problemas durante el pasado año.
Ejecutivos abrazaron los signos no muy claros de que las cosas no estaban tan malas como parecían. Basaron sus planes en estimados de mejores tiempos económicos para temprano en el 2009, luego para mediados de año, luego para finales de año y ahora para mediados del 2010. Pero, ¿qué hay si están equivocados?
En mi opinión, muy ciertamente lo están, ya que esto no es solo otro temblor cíclico sin significancia. Esto es un cambio estructural profundo. Su impacto completo sólo lo entenderemos en muchos años a partir de ahora. Está destinado a ser grande, alcanzando virtualmente cada área de los asuntos humanos.
La recesión promedio de los EUA durante los pasados 50 años ha durado de 6 a 16 meses, con un promedio de 11 meses. La actual crisis comenzó en noviembre de 2007. Y está ganando paso.
El mismo deterioro está ocurriendo virtualmente dondequiera. El sistema financiero global está atrapado en una baja mortal la cual se alimenta a sí misma.
A pesar que los gobiernos continúan anunciando rescates más y más grande para los bancos, el crédito sencillamente no está llegando al mercado. Las ganancias corporativas están cayendo como una piedra montaña abajo. Las quiebras están subiendo. La pérdida de empleo continúa creciendo rápidamente. Los precios y valor de las casas continúan cayendo. Los clientes para los productos o servicios están apretando el bolsillo.
Causa y efecto están ahora amarrados. Cortar este nudo Gordiano no será fácil o rápido. Confianza en "el sistema" ha sido destruida. Hasta que no sea restaurada, las cosas seguirán poniéndose peor. Hay una década de tiempos difíciles por delante.
Por lo tanto, ¿qué significa esto para los negocios?
1. La Buena gerencia es más importante que nunca antes. Si su alto equipo gerencial tiene debilidades, tome acción con ellos rápidamente. Y hágalo propiamente la primera vez. Usted no puede darse el lujo de pasarle la mano a alguien que no es capaz de entregar el máximo en las peores circunstancias.
2. Usted ya no puede depender de confiar en un milagro para lograr el éxito. La trillita fácil se acabó. La turbulencia y sorpresas de la década pasada son comida de pollito comparado con lo que hay por delante. Si los novatos pudieron haber hecho mejor de lo que hicieron en el pasado, su tiempo se les acabó. Ahora, usted necesita verdaderos profesionales.
3. No puede ser más cierto que nunca: innovación es crítica, pero no a expensas de hacer las cosas básicas brillantemente. Definir sus factores claves de éxito, enfocarse en ellos y ejecutar con determinación es más importante que nunca.
4. Chihis Chihás y tonterías no lo van a salvar. No hay tiempo para discursos ruidosos y excéntricos de más de lo mismo. Sabemos lo que funciona y lo hemos hecho por 50 a 100 años. Así que olvídese de buscar una varita mágica. Comience a hacer lo que verdaderamente de resultados.
5. Desempeño mediocre no producirá ganancias. El comportamiento de los clientes está siendo transformado debido al tumulto financiero. En estos años los clientes han crecido crecientemente bien informados, mas consientes del precio y calidad, más exigentes y más dado a quejarse cuando no están satisfechos. Todas estas tendencias están ahora acelerando. Las empresas que fallen en poner su casa en orden y entregar valor real, no sobrevivirán. Esta será una era que recompensará solo la excelencia.
6. Los gerentes deben ser obsesivos en cuanto a dos metas: impulsar aumento en la percepción de valor del cliente y reducir los costos. "Más por menos" es la única manera de competir. Hasta los compradores de bienes lujosos se están volviendo tacaños con su dinero. En resumen, hacer negocios hoy es todo un nuevo juego en comparación inclusive con lo que fue hace unos meses atrás. La estrategia es más importante que nunca. Entiéndale bien, y puede que usted capture una ventaja sobre sus competidores que le mantendrá al frente por años. Pero si la entiende mal, sus clientes lo echarán al olvido.
Las compañías sí necesitan hacer todo el esfuerzo para entender el mundo en el que operan y tomar decisiones difíciles en cuanto en donde y como competir. Pero como puede que lean mal el futuro y algunos eventos inesperados le sorprenderán, es vital que las empresas continúen adaptándose y construyendo nuevas capacidades para el futuro.
Liderazgo, estrategia y gestión del cambio están entrelazados. No pueden ser separados. Esta es una perspectiva que tiene implicaciones profundas. Considere por ejemplo, estas preguntas:
1. ¿Quién es responsable por establecer la estrategia?
2. ¿Cuándo deben aquellos que no están envueltos informarse de lo que está pasando, o pedirles su punto de vista?
3. ¿En qué etapa debe parar la creación de estrategia y la implementación de la estrategia comenzar?
4. ¿Qué procesos deben ser utilizados para asegurar; a) que la mejor estrategia posible sea creada, y b) que la misma se convierta en acción?
Estas son preguntas que siempre hago al comienzo de casi todo proyecto de consultoría. Obviamente la mayoría de los gerentes se molestan por estas interrogantes. ¿Pero a qué se debe que ellos no le hayan dado mayor pensamiento? ¿A qué se debe que no sacan el tiempo del ajetreo de día a día para considerar cuidadosamente por qué sus enfoques en cuanto a la estrategia no están funcionando?
Cuando los gerentes despierten a la acción y comiencen a aplicar sentido común a sus tareas, estarán impulsando una revolución dentro de su organización. Su propia gente se levantará y harán la diferencia que verdaderamente importa.