Un L�der Debe Saber Navegar
Por Aguas Tormentosas
por
Lucy L�pez-Roig, Ph.D.
A una querida amiga y su esposo les gusta navegar en
barco de vela y compiten a menudo en regatas alrededor del mundo. Ella me cont�
que, una noche, una violenta tormenta les sorprendi� mientras navegaban a trav�s del Lago Michigan. De momento, se
quedaron sin luz, fallaron las comunicaciones por radio y olas enormes
amenazaron con hundir el velero, por lo que sintieron que sus vidas estaban en
peligro. Gracias a sus excelentes habilidades de navegaci�n, lograron
sobrevivir la larga noche y llegar a la orilla por la ma�ana. Creo que el valor
y la fortaleza que mis amigos demostraron esa noche son los mismos atributos que
vemos en l�deres capaces de dirigir a un grupo de personas en circunstancias
adversas.
Si lees este bolet�n, posiblemente eres un l�der.
Quiz�s tienes a tu cargo una familia, una organizaci�n, un departamento, un
grupo de empleados, una asociaci�n profesional, un club o varios voluntarios.
Ser l�der no necesariamente implica tener un t�tulo oficial. Hay personas con
t�tulos impresionantes que no son l�deres, as� como l�deres sin designaciones
oficiales.
Si eres capaz de influenciar en otras personas para
dirigirlas hacia un objetivo, eres un l�der. Como sabes, es relativamente f�cil
dirigir un grupo cuando las cosas van bien. La moral es alta, existe un sentido
de optimismo y esperanza y tu equipo se siente seguro de s� mismo. Pero, �qu�
pasa cuando el grupo que diriges experimenta una crisis financiera, un cambio
muy grande o una amenaza para su propia existencia? En esas circunstancias, tu
liderato es puesto a prueba.
Cuando se enfrentan a esta clase de reto, los
patrones de comportamiento habituales de un l�der pueden intensificarse a un nivel
disfuncional. Por ejemplo, el l�der que siempre ha sido un mal comunicador
ahora lo es m�s a�n. El que es t�mido, se esconde en su oficina. El que suele
ser insensible, ahora se torna despiadado y el hipercr�tico culpa a los dem�s
por los problemas que tiene la compa��a. El l�der pasivo se paraliza y el que
es ansioso siembra el p�nico por toda la organizaci�n. Aunque estas respuestas
sean comprensibles, tambi�n son contraproducentes y podr�an llegar a ser
desastrosas en una organizaci�n. Un equipo, en medio de una tormenta, necesita
que su l�der comunique efectivamente una visi�n clara de c�mo puede canalizar
su energ�a constructivamente y encontrar su rumbo.
�Qu� opciones tiene un l�der, adem�s de dejar que su
comportamiento habitual prevalezca? Lamentablemente, no hay soluciones simples
y f�ciles, pero los siguientes son algunos principios generales, basados en la
experiencia:
Cuida de ti mismo(a) primero. Cuando los
asistentes de vuelo dan las instrucciones en el uso de la m�scara de ox�geno,
instruyen a los adultos a ponerse las m�scaras primero, antes de ayudar a los
ni�os. La raz�n es obvia: el ni�o depende de que podamos pensar claramente y
tomar la acci�n apropiada, y no podemos hacer eso si estamos inconscientes.
Igualmente, un l�der paralizado por la ansiedad o totalmente agotado no est� en
condiciones de ayudar a otros durante un per�odo dif�cil. La ansiedad excesiva
interfiere con el pensamiento claro y la capacidad para resolver los problemas.
Si esperas que tu equipo permanezca tranquilo y enfocado y pueda sobrevivir el
temporal, debes ser capaz de dar el ejemplo. En una crisis, todos los ojos
est�n puestos en el l�der. As� que, es momento de cuidarte - f�sica, emocional
y espiritualmente. Est�s afrontando unas circunstancias muy dif�ciles y
necesitar�s mucha fuerza y resistencia.
S� valiente. Ante el trastorno organizacional o los
graves problemas financieros, un l�der puede considerar abandonar el barco.
Como ser humano, puede sentirse abrumado, desalentado o temeroso. Para poder
dirigir el grupo, es importante afrontar y vencer tales reacciones. Cuando el
l�der afronta la realidad y busca la mejor forma de manejarla, ayuda al resto
del equipo a hacer lo mismo.
Ten una visi�n clara. Debes planificar
una estrategia para abordar los problemas, bas�ndote en una visi�n del
resultado final. Por ejemplo, puedes visualizar una organizaci�n que sea eficiente, eficaz y que est�
preparada para afrontar la competencia. Otra visi�n podr�a ser la de una
cesant�a progresiva, compasiva y cuidadosamente planificada, haciendo todo lo
posible por ayudar a los trabajadores a hacer la transici�n. Cuando est�s al tim�n,
al atravesar un vendaval, no puedes dejar de mirar el faro que se divisa all�, en
la orilla.
Comun�cate. Durante una
crisis, los l�deres a veces se a�slan y evitan comunicarse con el resto del
personal. Algunos de sus motivos pueden ser intentar evadir lo desagradable, evitar
crear p�nico o protegerse a s� mismos. A veces, simplemente no saben qu� decir.
Lamentablemente, la falta de comunicaci�n formal promueve m�s comunicaci�n
informal, que es emocionalmente cargada y distorsionada. En una situaci�n
dif�cil, la comunicaci�n apropiada requiere an�lisis y planificaci�n. No
comunicarse no es una opci�n. Si la situaci�n ha de tener un impacto en los
miembros del grupo y si cuentas con ellos para superarla, deben saber lo que
est� ocurriendo.
Busca ayuda. Un l�der llamado a dirigir un grupo a lo
largo de tiempos dif�ciles a veces se siente solo y agotado. Al final del d�a,
cuando todos los dem�s se van a su casa, �l (ella) eval�a lo que est� haciendo.
A pesar de la confianza que proyecta a otros, muchas preguntas vienen a su
mente: "�Estamos haciendo lo correcto?", "�Es este el curso de acci�n
m�s sabio?", "�Hay otras alternativas que deber�amos
considerar?" Este an�lisis puede identificar a un l�der pensante,
consciente de las complejidades de la situaci�n y de sus propias limitaciones.
Es beneficioso compartir este proceso con alguien que pueda servirte como
recurso, hacer preguntas pertinentes, se�alarte otras posibilidades y brindarte
apoyo. Esta persona podr�a ser un colega de tu confianza, un mentor o un
consultor externo que no se vea afectado directamente por el resultado y que,
por tanto, se sienta en libertad de responder objetivamente y sinceramente. La
ayuda profesional y confidencial est�
disponible tambi�n en el Programa de Ayuda al Empleado de tu compa��a.
Navegar por aguas
tormentosas es una prueba que cada l�der debe afrontar tarde o temprano. Como
cualquier reto, esto puede ser una oportunidad de crecer, aprender y demostrar
tus capacidades.
La doctora L�pez-Roig es psic�loga
industrial/organizacional y cl�nica y Oficial Ejecutiva Principal de Lucy
L�pez-Roig EAP, Inc.