"María" había trabajado en el departamento de contabilidad durante 15 años. Era una buena trabajadora, muy querida por sus compañeros de trabajo y supervisores. Sin embargo, temió lo peor cuando la compañía anunció un despido a gran escala. Cuándo supo que era una de los pocos empleados en el departamento que
no sería despedido, su respuesta inmediata fue de gran alivio, "¡Conservé mi empleo!" Pero pronto, una inundación de otras emociones la invadió. Se sintió triste e irritable. ¿Se preguntó, "Por qué me siento enojada, cuando debería estar agradecida por tener todavía un trabajo?" María comenzó a pensar, "Si esto le ocurrió a mis compañeros de trabajo, yo podría ser la siguiente..." Anticipando su futuro, se dio cuenta que ahora tendría una carga de trabajo más pesada, debido al despido. Se sintió preocupada, desanimada y desmotivada. De hecho, al día siguiente decidió reportarse enferma y quedarse en su casa.
Lo que le pasó a María es conocido como el "Síndrome del Sobreviviente de Despido" - un conjunto de reacciones emocionales y conductuales vistas a menudo en los trabajadores que permanecen en el trabajo después de llevar a cabo un despido masivo. Las empresas por lo general prestan mucha atención a los empleados que se están yendo, pero los sobrevivientes son también víctimas del despido. Pueden experimentar una amplia variedad de sentimientos fuertes: pérdida, tristeza, miedo, ira, ansiedad, inseguridad y culpa. Si no son manejadas bien, estas emociones pueden afectar la ejecución del empleado en el trabajo, su salud física y sus actitudes hacia el lugar de empleo.
La investigación ha demostrado que el Síndrome del Sobreviviente de Despido puede tener un impacto perjudicial en el estado de ánimo, la productividad y la rentabilidad de toda la organización. Esto ocurre de varias maneras:
* Las operaciones diarias se afectan por el aumento en las tardanzas, el ausentismo y el uso de la licencia por enfermedad.
* Existe un ambiente de tensión que obstaculiza el trabajo en equipo y la resolución constructiva de los problemas.
* El miedo a cometer un error inhibe la toma de riesgos y la creatividad, necesarias para que la compañía continúe siendo competitiva.
* Se dedica mucho tiempo durante horas laborables a discutir el despido con compañeros de trabajo actuales y antiguos (Ej. cómo se realizó, quién fue despedido, quién será el siguiente).
* Hay más personal que abandona el empleo ("turnover"), sobre todo entre los empleados de alto rendimiento.
* El servicio al cliente se deteriora cuando el personal da menos del 100%.
* La pérdida de la confianza conduce a un menor grado de compromiso y lealtad hacia la compañía.
El no prever y manejar adecuadamente esta reacción puede ser extremadamente costoso, ya la economía que se esperaba de la reducción en la fuerza laboral disminuye.
Si tú experimentas el Síndrome del Sobreviviente de Despido, el primer paso es reconocer tus emociones y procurar entenderlas. Es natural tener sentimientos fuertes cuando estuviste a punto de perder tu empleo. Ahora, tu meta es trabajar con estas emociones, para luego poder moverte adelante en tu carrera y en tu vida. En cierto modo, se te ha brindado una oportunidad de construir tu resistencia personal
(véase la reseña de libro abajo).
Hay varios pasos que puedes tomar, por ejemplo:
* Mantén tu trabajo en su justa perspectiva. Por ejemplo, fortalece tus relaciones con tu familia y amigos y dedícate a tus intereses personales.
* Conversa sobre tus sentimientos con alguien de tu confianza o escribe sobre ellos en un diario privado.
* No te sientas culpable por el hecho de haber conservado tu empleo, mientras los otros no lo hicieron.
* Evita las conversaciones largas con antiguos compañeros de trabajo si te causan algún tipo de angustia. Por ejemplo, podrías decir, "¿Sabes qué? Puede que yo sea el siguiente, así que prefiero no hablar del trabajo por ahora."
* Pon en práctica todo lo que has aprendido acerca del manejo de las tensiones o asiste a un taller para aprender algo nuevo.
* Cuídate mucho; descansa, ejercítate, aliméntate bien y procura distraerte.
* Solicita información clara sobre tus responsabilidades, para que sepas lo que la empresa espera de ti. Si tu nueva carga de trabajo es poco realista, habla con tu supervisor(a).
* Mantente alerta a las oportunidades de progresar en tu carrera, asumiendo responsabilidades adicionales, adquiriendo nuevas destrezas y encontrando modos creativos de contribuir.
Si piensas que tu reacción al despido dura demasiado, se empeora o interfiere con tu trabajo, salud, o relaciones, no vaciles en buscar ayuda profesional. El Programa de Ayuda de Empleado (PAE) de tu compañía puede ser una buena fuente de apoyo y dirección durante este tiempo de retos. La consejería puede ayudarte a recobrar la capacidad de concentrarte en el trabajo.
Los gerentes son también susceptibles al Síndrome del Sobreviviente de Despido, especialmente aquellos en el campo de los recursos humanos que deben realizar la tarea ingrata de ejecutar el plan de reducción de personal. Un consejo a los gerentes: mientras intentas ayudar a tu personal a ponerse al día,
no olvides tu propio bienestar. Puedes sentir los mismos temores, remordimiento o tristeza que tus compañeros de trabajo. Tal vez tienes que trabajar con más fuerza para seguir hacia adelante, mientras apoyas y motivas a tu equipo. Tú también puedes sacar provecho de los servicios confidenciales de consultoría del PAE. En medio de una situación difícil, esta te ayudará a dirigir el grupo de manera más efectiva. Una intervención grupal post-despido también puede ayudar al equipo directivo a prepararse emocionalmente para la tarea ardua de la recuperación.
Para más información, recursos y sugerencias sobre el manejo del Síndrome del Sobreviviente de Despido,
pulsa aquí.La doctora Wennerholm es psicóloga clínica, consultora y Vicepresidenta Ejecutiva de Lucy López-Roig EAP, Inc.