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Lectura de hoy Miercoles 19 de Septiembre, 2012 San Jenaro, obispo y m�rtir de N�poles

Servicio Email de Lecturadeldia.com
"He aqu�, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar� a �l, y cenar� con �l, y �l conmigo"
(Ap 3,20)

Servicio de Email diario con las lecturas del d�a de acuerdo con el Ciclo Lit�rgico de la Iglesia Cat�lica.

Este servicio se ofrece solamente con autorizaci�n previa del receptor.

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Primera Lectura
Lectura de la primera carta del ap�stol san Pablo a los corintios (12, 31-13, 13)

Hermanos:
Aspiren a los dones de Dios m�s excelentes. Voy a mostrarles el camino mejor de todos. Aunque yo hablara las lenguas de los hombres y de los �ngeles, si no tengo amor, no soy m�s que una campana que resuena o unos platillos que aturden.
Aunque yo tuviera el don de profec�a y penetrara todos los misterios, aunque yo poseyera en grado sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio las monta�as, si no tengo amor, nada soy. Aunque yo repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara quemar vivo, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no es presumido ni se envanece; no es grosero ni ego�sta; no se irrita ni guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad.
El amor disculpa sin l�mites, conf�a sin l�mites, espera sin l�mites, soporta sin l�mites. El amor dura por siempre; en cambio, el don de profec�a se acabar�; el don de lenguas desaparecer�, y el don de ciencia dejar� de existir, porque nuestros dones de ciencia y de profec�a son imperfectos. Pero cuando llegue la consumaci�n, todo lo imperfecto desaparecer�.
Cuando yo era ni�o, hablaba como ni�o, sent�a como ni�o y pensaba como ni�o; pero cuando llegu� a ser hombre, hice a un lado las cosas de ni�o. Ahora vemos como en un espejo y oscuramente, pero despu�s ser� cara a cara. Ahora s�lo conozco de una manera imperfecta, pero entonces conocer� a Dios como �l me conoce a m�.
Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor; pero el amor es la mayor de las tres.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Se�or.
Salmo Responsorial
Salmo 32

Dichoso el pueblo escogido por Dios.

Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompa�e nuestros cantos, cantemos en su honor nuevos cantares, al comp�s de instrumentos aclam�moslo.
Dichoso el pueblo escogido por Dios.

Sincera es la palabra del Se�or y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena est� de sus bondades.
Dichoso el pueblo escogido por Dios.

Feliz la naci�n cuyo Dios es el Se�or, dichoso el pueblo que escogi� por suyo. Mu�strate bondadoso con nosotros, porque en ti, Se�or, hemos confiado.
Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Jesus el Maestro
Evangelio
Lectura del santo Evangelio seg�n san Lucas (7, 31-35)
Gloria a ti, Se�or.

En aquel tiempo, Jes�s dijo:
"�Con qui�n comparar� a los hombres de esta generaci�n? �A qui�n se parecen? Se parecen a esos ni�os que se sientan a jugar en la plaza y se gritan los unos a los otros:
'Tocamos la flauta y no han bailado, cantamos canciones tristes y no han llorado'.
Porque vino Juan el Bautista, que ni com�a pan ni beb�a vino, y ustedes dijeron:
'Ese est� endemoniado'.
Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen:
'Este hombre es un glot�n y un bebedor, amigo de publicanos y pecadores'.
Pero s�lo aquellos que tienen la sabidur�a de Dios, son quienes lo reconocen".

Palabra del Se�or.
Gloria a ti, Se�or Jes�s.
Cara de Jesus
Sobre las Lecturas de Hoy...
Todos hemos tenido alguna vez la sensaci�n de haber nacido en el momento equivocado y nos figuramos que, si hubi�semos nacido hace un siglo, vivir�amos en un ambiente sano y en un mundo tranquilo o, tal vez, si hubi�ramos de nacer dentro de uno o dos siglos la tecnolog�a remediar�a las angustia que hoy nos agobian. Pero, de haber nacido hace un siglo, seguramente hubi�semos terminado envueltos en una de las tantas y grandes guerras de la primera mitad del Siglo XX y, si naci�ramos en el futuro, asistir�amos con toda seguridad a las consecuencias del desastre ambiental y demogr�fico que se ha producido en los �ltimos a�os. A los contempor�neos de Jes�s les pasaba lo mismo. Se imaginaban que, si hubiesen nacido en el glorioso pasado, no habr�an cometido los mismos errores de sus antepasados, y, si nacieran en un futuro ideal, ver�an al Mes�as. Sin embargo, ambas suposiciones desconoc�an algo fundamental: Dios se revela en el aqu� y el ahora de nuestra existencia. La historia no es un cristal transparente donde miramos el �xito o el fracaso de nuestras acciones, sino el escenario donde realizamos o no la voluntad de Dios. - El cristiano aprende a bailar al son que le toquen, pero siempre marcando su propio paso.

La de hoy es una de las p�ginas m�s bellas de san Pablo: su himno a la caridad. Ayer hablaba de los carismas que hay en una comunidad cristiana: carismas variados, que deben tender a la vida y unidad del cuerpo. Hoy expone cu�l es el carisma mejor: el amor. Meditemos si en nuestra vida damos esa importancia al amor, a la tolerancia, al buen coraz�n, a saber perdonar, a construir unidad. Si sabemos poner aceite en las junturas de nuestras relaciones, si nos proponemos hacer el bien a los dem�s y no nos buscamos a nosotros mismos. Todo lo dem�s -por muy bien que hablemos y por mucha sabidur�a que creamos tener- es "un metal que resuena o unos platillos que aturden". �Qu� bien conoce Pablo a sus comunidades! No hemos cambiado mucho desde entonces: tenemos las mismas dificultades que en tiempos de Pablo. El sabe que lo dif�cil es querer bien, saber disculpar, aguantar sin l�mites, no irritarse f�cilmente, no tener envidia. Puede ser que una persona no tenga muchas cualidades humanas de oratoria o dotes de l�der. Pero si ama, tiene lo que una comunidad m�s necesita. �sa ha conseguido "los carismas mejores". Haremos bien, hoy, en alg�n momento sereno, de leer todo el cap�tulo 13 de la carta a los Corintios, en primera persona, aplicando este hermoso canto de Pablo a nuestra propia vida y anticipando de alg�n modo el juicio final al que nos convocar� Dios y que, seg�n Jes�s, ser� sobre si hemos dado de comer, si hemos visitado a los que se encontraban solos, si hemos tenido buen coraz�n. No sobre si sab�amos mucho o si habl�bamos bien. Como glos� san Juan de la Cruz, "en el �ltimo d�a seremos examinados de amor". Vale la pena que esa "asignatura" la vayamos repasando con frecuencia.



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